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Tipos de contratos de compraventa: la Reserva de vivienda

En el mundo inmobiliario, para llevar a cabo una inversión de compraventa de un bien, se pueden elegir diferentes contratos, dependiendo de la fase de la operación inmobiliaria y del tipo de acuerdo: Reserva, Contrato de Arras o Compraventa Privada, Escritura de Compraventa.

Evidentemente, comprar una casa es una de las decisiones más importantes en la vida de una persona y si tú también estás en ello, probablemente estés intentando descubrir qué camino es el adecuado para tu inversión.

Tras hablar de otros documentos necesarios para llevar a cabo una operación inmobiliaria de compraventa, como la Nota Simple y el Certificado Registral, hoy hemos decidido investigar otro tema: el contrato de Reserva de vivienda.

La Reserva es solamente uno de los tipos de contratos inmobiliarios implicados en una operación de compra venta.

¿Qué es un contrato de Reserva?

Un Contrato de Reserva de una vivienda es, básicamente, una oferta de compra, que se puede definir, en palabras más sencillas, un plazo con fianza mientras que se espere el contrato definitivo de la vivienda.

¿Pero cómo funciona?

El documento de Reserva de vivienda implica el compromiso de las partes involucradas de cerrar la operación de compraventa, por lo general sin poderse echar atrás. Por ende, es una garantía.

Básicamente, los pasos a seguir para reservar una vivienda es definir un acuerdo entre vendedor y comprador, en el cual el primero se compromete a cumplir con el acuerdo durante el plazo establecido, a cambio de una fianza por parte del comprador, que corresponde a un porcentaje sobre el coste final del inmueble.

🔊 El contrato de Reserva de una vivienda conlleva un coste que, por lo general, corresponde al 3 % del valor total del inmueble. Sin embargo, puedes existir unos factores que condicionan la cantidad a pagar, como duración del plazo entre la firma de la Reserva y la firma del contrato final de compraventa. En definitiva, podemos indicar que el coste se fija entre el 1 % y el 5 %.

¿Cuántos tipos hay?

Cabe destacar que existen dos tipologías de contratos de reserva: vinculante y no vinculante.

Un contrato de reserva vinculante prevé un plazo fijo y corto para concretar el contrato de compraventa definitivo y no cuenta con ninguna tasación. En cambio, el contrato de reserva vinculante se refiere a una oferta sujeta a tasación, que se tiene que concretar en 10 días.

Modelo de contrato de Reserva: ¿cómo se estructura?

Antes de explicar, punto por punto, la documentación requerida y la estructura que un contrato de Reserva de vivienda debe tener, en importante destacar que existen unas obligaciones para lo firmantes.

De hecho, los vendedores tienen la obligación de concretar todo lo que concierne a la venta del inmueble. En cambio, el comprador debe llevar a cabo la compra obligatoriamente, sin faltar los plazos de pago que se establecen en la reserva.

Además, es necesario establecer otra distinción entre dos modelos diferentes según en momento de la firma de la reserva: fase de comercialización y fase de precomercialización.

Documento de reserva en fase de precomercialización

Este tipo de contrato no prevé ningún porcentaje de IVA, pero conlleva una limitación importante: el plazo para concretar el acuerdo es más corto que los contratos normales. En cambio, la nota positiva es que, al no ser vinculante, es posible recuperar la fianza sin que sean previstos costes extra.

Documento de reserva en fase de comercialización

Este documento debe firmarse junto con la forma de pago y el plano de vivienda (una representación grafica del inmueble que corresponde a un proyecto arquitectónico).

Documentación requerida

Para resumir, el contrato de Reserva de una vivienda es un acuerdo mutuo entre vendedor y comprador, en el que el primero se compromete a vender su inmuebles en un plazo establecido por el propio contrato, a cambio de una señal - o fianza - económica, que corresponde a un porcentaje entre el 1 % y el 5 % sobre el valor total de la finca.

Datos personales del comprador y del vendedor;

Importe a pagar para la reserva;

Descripción del inmueble: se refiere a los datos catastrales, dirección, superficie de la casa y propiedades anejas, como garajes y trasteros;

Forma de pago: se señala el reparto de los gastos entre las dos partes, el total a pagar y el pago que queda pendiente;

Forma de pago: se señala el reparto de los gastos entre las dos partes, el total a pagar y el pago que queda pendiente, así como la forma en la que se pagará el resto del importe;

Número identificativo de Registro de la Propiedad del inmueble;

Certificado de cargas: se trata de un documento de competencia del registrador, necesarios para comprobar que el inmueble esté libre de pagos pendientes;

Cláusula de rescisión: este elemento es opcional, pero si se decide incluirla, es fundamental que se explicite en detalle las circunstancias en las que se podría rescindir el propio contrato.

Puntos clave

Para resumir, el contrato de Reserva de una vivienda es un acuerdo mutuo entre vendedor y comprador, en el que el primero se compromete a vender su inmuebles en un plazo establecido por el propio contrato, a cambio de una señal – o fianza – económica, que corresponde a un porcentaje entre el 1 % y el 5 % sobre el valor total de la finca.

Además, tanto el vendedor como el comprador tienen obligaciones y derechos y, dependiendo del modelo de contrato, tienen que respetar los tiempos pactados previamente para concretar y firmar en contrato de compra definitivo.

En las próximas semanas abarcaremos otros temas inmobiliarios, tratando de explicarte las diferencias entre los varios documentos para comprar inmuebles, como, por ejemplo, el CONTRATO DE ARRAS.

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