Sufrir un accidente de tráfico ya es bastante duro, pero cuando a eso se suman errores médicos o negligencias que reducen —o incluso te hacen perder— tu indemnización, la frustración se multiplica…
En este artículo te explicamos los fallos más comunes, cómo evitarlos y qué derechos te protegen frente a la aseguradora.

El parte médico inicial: el documento que lo cambia todo
El parte médico de urgencias es la primera prueba oficial de tus lesiones. Debe reflejar con precisión qué te duele, cómo ocurrió el accidente y cuándo fuiste atendido.
Sin embargo, muchos lesionados cometen el error de:
- No acudir al hospital o centro médico el mismo día del accidente.
- Restar importancia a molestias leves (“solo me duele un poco el cuello”).
- No mencionar todos los síntomas por miedo o nervios.
Consecuencia: si pasan más de 72 horas sin atención médica o si el parte inicial no menciona una lesión, la aseguradora puede alegar que no existe relación entre el accidente y el daño, y reducir o negar tu indemnización.
Consejo: acude a urgencias inmediatamente, aunque creas que no es grave. Documenta todos los síntomas, incluso los menores (mareos, dolor cervical, rigidez, ansiedad).
Para profundizar qué tipo de lesiones son más comunes y cómo averiguar si la aseguradora te está pagando bien, sigue el enlace: ¿Has sufrido lesiones tras un accidente de coche? Descubre si tu seguro te está indemnizando como debería
Retrasos o errores en los informes médicos: un enemigo silencioso
Cada informe médico posterior (revisiones, fisioterapia, traumatología, etc.) debe seguir una línea temporal coherente. Cuando hay interrupciones o contradicciones, la aseguradora aprovecha la duda.
Ejemplos de errores frecuentes:
- Falta de continuidad entre sesiones de rehabilitación.
- Informes médicos con diagnósticos inconsistentes.
- No incluir las limitaciones funcionales o el impacto en tu vida diaria.
Por qué importa: los peritos médicos de la aseguradora revisan todo tu historial. Si encuentran “lagunas” o incongruencias, proponen reducir días de baja o gravedad de la lesión.
Consejo: guarda copias de todos los informes, justificantes de asistencia y prescripciones. Si cambias de médico, entrega el historial completo y asegúrate de que cada informe mencione que las lesiones provienen del accidente.
Qué médico elegir: no todos actúan igual
La aseguradora puede derivarte a su propio centro médico concertado. Aunque parezca más cómodo, recuerda:
- Ese médico trabaja para la compañía, no para ti.
- Su informe puede ser menos favorable para justificar una indemnización menor.
Tienes derecho a:
- Elegir tu propio médico o clínica.
- Solicitar una valoración independiente si no estás conforme con la del seguro.
- Pedir una segunda opinión médica antes de cerrar tu caso.
Recomendación: acude a un médico especialista en valoración del daño corporal o a un centro independiente con experiencia en accidentes de tráfico. Ellos conocen los criterios legales y médicos que influyen en la compensación económica.
Documentación imprescindible para tu reclamación
Tu indemnización se basa en pruebas médicas, informes y seguimiento continuo.
Asegúrate de conservar:
- Parte de urgencias y todos los informes posteriores.
- Justificantes de citas, tratamientos y medicación.
- Radiografías, resonancias o pruebas diagnósticas.
- Informes de alta médica y rehabilitación.
- Cualquier documento que demuestre limitaciones laborales o personales.
Consejo extra: organiza tu expediente cronológicamente y escanea todo. Si trabajas con un abogado o gestor, esto agiliza la valoración y aumenta tus probabilidades de éxito.
Tus derechos frente a la aseguradora
Aunque muchas veces lo olvidamos, tienes más derechos de los que imaginas.
Por ley (según el Baremo de Tráfico y la Ley 35/2015):
- Puedes ser atendido en el centro médico que tú elijas.
- Tienes derecho a una valoración independiente de tus lesiones.
- Puedes reclamar indemnización por daños físicos, morales y económicos.
- Nadie puede obligarte a aceptar una oferta si no estás de acuerdo.
Si sientes presión o dudas, busca asesoramiento especializado. Un profesional puede revisar tu caso y evitar que la compañía cierre el expediente sin reconocer el 100 % de tus derechos.
*También puedes escribir un correo a [email protected]
Recomendaciones finales: tu salud y tu indemnización dependen de tu documentación
Un accidente de tráfico no termina cuando sales del hospital. En realidad, ahí empieza otra etapa: la de las revisiones médicas, los informes, las llamadas del seguro y la incertidumbre de si realmente recibirás lo que te corresponde.
Cada parte médica, cada informe y cada cita de rehabilitación son piezas clave en el puzle de tu indemnización. Un dato omitido, una revisión que no se hace o una firma precipitada pueden reducir drásticamente la cantidad que recibes, incluso aunque el daño físico haya sido evidente.
Por eso es tan importante documentar cada paso de tu recuperación, conservar todos los justificantes y asegurarte de que los informes médicos reflejan con claridad el origen del daño y su evolución.
No se trata solo de burocracia: se trata de tu salud, tu tiempo y tu derecho a una compensación justa.
Además, no olvides que tienes derecho a elegir tu propio médico, tu propio perito y tu propio camino hacia la recuperación. No estás obligado a aceptar la versión ni las condiciones de la aseguradora si consideras que no reflejan la realidad de tus lesiones.
La ley te ampara, pero necesitas pruebas sólidas y acompañamiento profesional para que esa protección sea efectiva.
Cuida tus revisiones, guarda cada informe y no firmes nada sin estar seguro.
Un pequeño error puede costarte miles de euros, pero un paso bien dado puede marcar la diferencia entre una indemnización mínima y la compensación completa que mereces.
Y si sientes dudas, presión o simplemente no sabes por dónde empezar, no lo enfrentes solo.
Contar con un profesional especializado puede ahorrarte tiempo, dinero y preocupaciones.