Por lo general, se piensa que en un accidente de tráfico el vehículo que golpea por detrás siempre es el responsable. Pero, ¿qué ocurre si el coche que circulaba delante lo hacía sin luces? Si te has encontrado en esta situación o te preocupa que pueda suceder, en este artículo analizamos cómo protegerte y evitar asumir la culpa cuando el descuido es responsabilidad del otro conductor.

Como hemos adelantado también en un artículo precedente acerca de los Falsos Mitos sobre los Accidentes de Tráfico, es típico pensar que el conductor que iba por detrás, tiene la culpa de un choque. ¡Nada más lejos de la realidad!
Existen situaciones específicas, como cuando un vehículo circula sin luces en condiciones de baja visibilidad —ya sea niebla, noche o lluvia intensa— que pueden hacer que la responsabilidad recaiga sobre el conductor que va delante, incluso si este mantiene la distancia reglamentaria.
Circular sin luces: ¿Qué dice la ley?
La Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial establece que es obligatorio utilizar las luces adecuadas en función de las condiciones de la vía y la visibilidad.
En concreto:
- Luces de cruce (o cortas): deben usarse obligatoriamente desde el atardecer hasta el amanecer, así como en túneles, zonas de poca visibilidad (niebla, lluvia intensa, tormentas), y en vías con iluminación insuficiente.
- Luces de posición: son obligatorias cuando el vehículo está estacionado en la vía pública durante la noche o en condiciones similares de visibilidad reducida.
- Luces largas (o de carretera): solo deben utilizarse en vías no iluminadas cuando no haya vehículos delante o en sentido contrario, para evitar deslumbrar a otros conductores.
Circular sin luces en condiciones de baja visibilidad o por la noche constituye una infracción grave que puede acarrear sanciones económicas y la posible imputación de responsabilidad en caso de accidente.
El Reglamento General de Circulación y las normativas complementarias definen estas obligaciones para garantizar la seguridad vial y la correcta visibilidad entre conductores.
¿Por qué algunas aseguradoras insisten en que siempre tiene la culpa el que va detrás?
Muchas aseguradoras aplican la regla general de que el conductor que va por detrás tiene la culpa para simplificar y acelerar sus procesos internos. Esto se basa en la idea de que quien sigue debe mantener una distancia segura para poder frenar a tiempo ante cualquier imprevisto, y por tanto, asumir la responsabilidad principal en caso de accidente. Sin embargo, esta creencia simplifica en exceso la realidad, ya que no siempre se valoran adecuadamente circunstancias clave como la conducta del vehículo delantero, las condiciones de la vía o posibles fallos técnicos que pueden influir en la responsabilidad del siniestro.
Esta posición puede resultar injusta, especialmente cuando existen pruebas claras de que el coche delantero circulaba sin luces o bajo condiciones peligrosas. En esos casos, la aseguradora puede negarse a indemnizar o intentar reducir la cuantía de la compensación, sin tener en cuenta la verdadera causa del accidente.
¿Cómo puedes reclamar si la aseguradora no te quiere indemnizar?
Reclamar tu derecho a una indemnización puede parecer complicado, pero con la información adecuada puedes defenderte con éxito…
- Reúne pruebas sólidas
Documenta el accidente con fotografías donde se vea la ausencia de luces, las condiciones de visibilidad y los daños en ambos vehículos. Si hubo testigos, consigue sus datos y declaraciones por escrito.
- Presenta un parte amistoso bien detallado
Asegúrate de reflejar en el parte que el vehículo delantero circulaba sin luces y bajo condiciones de poca visibilidad. Añade cualquier observación relevante que pueda apoyar tu versión.
- Denuncia el siniestro formalmente
Comunica el accidente a tu aseguradora aportando toda la documentación. Si tu reclamación es denegada o la respuesta no te convence, solicita un informe pericial independiente que analice las circunstancias reales del accidente.
- Solicita asesoría legal o de especialistas en siniestros
Un abogado o asesor especializado en accidentes de tráfico puede ayudarte a presentar una reclamación formal y, si es necesario, llevar el caso a los tribunales para defender tus derechos.
- Recurre al departamento de reclamaciones de la aseguradora y, si no hay solución, a la Dirección General de Seguros
Si no obtienes respuesta favorable, puedes presentar una reclamación ante la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP), que supervisa a las compañías de seguros en España.
Pide ayuda hoy mismo…
Como hemos adelantado, en ocasiones, tras un accidente por alcance, la aseguradora puede negarse a indemnizarte argumentando que la responsabilidad siempre recae en el conductor que golpea por detrás. Sin embargo, si el vehículo que circulaba delante no tenía las luces encendidas en condiciones de baja visibilidad, esta negligencia puede cambiar el reparto de responsabilidades. Para reclamar con éxito, es fundamental reunir pruebas que demuestren la falta de iluminación del otro vehículo y cómo esta contribuyó directamente al accidente.
No te conformes con la negativa de tu aseguradora. Documenta cada detalle: fotografías, testimonios y un parte amistoso bien redactado pueden marcar la diferencia para que reconozcan tu derecho a una indemnización justa. Además, contar con asesoría profesional te ayudará a defender tus derechos y a presentar una reclamación sólida que respalde tu versión de los hechos.
Si necesitas ayuda para gestionar tu siniestro y reclamar lo que te corresponde, no dudes en acudir a Siniestros.org. Su equipo de expertos está listo para asesorarte y acompañarte en todo el proceso, facilitándote una reclamación efectiva y sin complicaciones.

En resumen…
Aunque la norma general dice que el conductor que golpea por detrás suele ser responsable, esto no es una regla rígida ni absoluta. Las condiciones del vehículo delantero, como circular sin luces en un entorno de baja visibilidad, pueden modificar la culpa.
Si tu aseguradora se niega a indemnizarte en estas circunstancias, lo fundamental es recopilar pruebas claras, reflejar todo en el parte amistoso, buscar asesoría especializada y, si es necesario, acudir a instancias superiores para defender tus derechos. No dejes que un rechazo inicial te desanime: tienes herramientas legales para reclamar una indemnización justa.