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¿Tienen que seguir pagando su hipoteca los que se han quedado sin casa por el volcán?

La lava del volcán de Cumbre Vieja de La Palma, activo más de dos semanas después de que entrara en erupción, ha arrasado a su paso más de mil edificaciones, de las cuales más de la mitad son viviendas. Muchas han desaparecido bajo la colada, sin posibilidad de rehabilitación. ¿Qué pasa con esas casas que tienen hipotecas en vigor? ¿Tienen los propietarios que seguir pagando las cuotas hipotecarias aunque hayan sido devastadas por el volcán? La clave está en si se tiene seguro de hogar o no.

Dado que las aseguradoras consideran las erupciones volcánicas como un riesgo extraordinario y no lo cubren, entra en juego el Consorcio de Compensación de Seguros. Se trata de una entidad pública (adscrita al Ministerio de Economía y Hacienda) que se encuentra al servicio del asegurador y que actúa con carácter subsidiario para cubrir a los asegurados en situaciones como la del volcán Cumbre Vieja.

El artículo 40 de la Ley 50/1980 de contrato de seguro aclara que si hay hipoteca el banco tiene un derecho especial como acreedor preferente ante el asegurador. Esto significa que es el seguro el encargado de pagar la hipoteca al banco, en lugar del cliente.

Además, en el pasado Consejo de Ministros el Gobierno declaró La Palma como zona catastrófica. Entonces, ahora el Estado también se hace cargo.

Eso sí, solo estarán cubiertos por el Consorcio aquellos propietarios que tuvieran contratado el seguro de hogar antes de la erupción. “El afectado necesariamente deberá contratar un seguro de hogar y estar al corriente de sus cuotas”, señalan desde Acierto.com. Además, paralelamente podrán acceder a las ayudas del Estado si así lo desean y solicitan. Pero los no asegurados no pueden recurrir a las compensaciones del Consorcio, sino que dependerán de las ayudas estatales. En España, el 75% de las viviendas tiene seguro de hogar, aunque en las Islas Canarias el porcentaje es mejor a 50%.

El Gobierno publicó un decreto sobre personas consumidoras vulnerables donde se comunican nuevas medidas. Entre ellas, hay una moratoria de seis meses en hipotecas y créditos al consumo, es decir, que durante seis meses no se paga ni el importe, ni los intereses.

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