CPC | BLOG

Deudor de Buena Fe: ¿quién es y cómo puede cancelar sus deudas?

¿Te ha gustado este artículo?

El Deudor de buena Fe es una persona, física o jurídica, que actúa con honestidad y transparencia en el cumplimiento de sus obligaciones financieras, pero que, debido a circunstancias imprevistas o incontrolables, no puede hacer frente a sus deudas.

Este concepto es clave en marcos legales como la Ley de Segunda Oportunidad, que busca ofrecer una solución para personas en situación de insolvencia.

La norma destaca que "muchas situaciones de insolvencia son debidas a factores que escapan del control del deudor de buena fe, planteándose entonces el fundamento ético de que el ordenamiento jurídico no ofrezca salidas razonables a este tipo de deudores que, por una alteración totalmente sobrevenida e imprevista de sus circunstancias, no pueden cumplir los compromisos contraídos."

Lo más importante

La Ley Concursal establece que se puede definir «deudor en buena fe» a la persona que demuestre no haber obrado de mala fe para, intencionalmente, evadir impuestos y mentir.

Ser un deudor de buena fe es un requisito indispensable para acceder a la Ley de la Segunda Oportunidad y buscar un nuevo comienzo para todos los deudores.

Claramente, también en este caso hay que cumplir con unas pautas comunes durante todo el proceso:

  • ser colaborativo

  • demostrar responsabilidad financiera

  • búsqueda de ingresos adicionales

  • búsqueda de soluciones

Los otros requisitos para que poner en marcia el procedimiento de la segunda oportunidad son lo siguientes: ser insolvente, es decir, poder demostrar que no hay ninguna posibilidad de cumplir con los pagos; tener mínimo dos acreedores; no tener antecedentes penales por delitos socioeconómicos.

Normativa – Ley 25/2015, de 28 de julio, de mecanismo de segunda oportunidad, reducción de la carga financiera y otras medidas de orden social.

Como hemos adelantado, un deudor de buena fe es aquel que, pese a no poder cumplir con sus obligaciones económicas, actúa de manera honesta y transparente, intentando resolver su situación sin perjudicar intencionadamente a sus acreedores.

Como mencionado en la Ley 25/2015 (de 28 de julio, de mecanismo de segunda oportunidad, reducción de la carga financiera y otras medidas de orden social), se establece que el sistema de exoneración se basa en dos pilares: que el deudor actúe de buena fe y que su patrimonio sea liquidado o el concurso se declare concluido por insuficiencia de masa.

La norma destaca que «muchas situaciones de insolvencia son debidas a factores que escapan del control del deudor de buena fe, planteándose entonces el fundamento ético de que el ordenamiento jurídico no ofrezca salidas razonables a este tipo de deudores que, por una alteración totalmente sobrevenida e imprevista de sus circunstancias, no pueden cumplir los compromisos contraídos.«

Características de un Deudor de buena fe

Ser un deudor de buena fe permite acceder a beneficios como la exoneración de deudas, la posibilidad de recuperar la estabilidad financiera y reintegrarse a la economía sin cargas insostenibles. Además, protege al individuo frente a los acreedores y garantiza un nuevo comienzo sin penalizaciones, favoreciendo la recuperación económica.

Las principales características de un deudor en buena fe son:

Intención legítima de pagar

Aunque se encuentre en una situación de insolvencia, el deudor demuestra una voluntad real de saldar sus deudas. Esto se manifiesta en acciones concretas, como realizar pagos parciales dentro de sus posibilidades o buscar alternativas razonables para alcanzar un acuerdo.

Ausencia de dolo o fraude

El deudor es totalmente transparente en sus acciones: no oculta activos, ingresos ni realiza maniobras fraudulentas para evitar el cumplimiento de sus obligaciones. Su comportamiento refleja honestidad y un compromiso ético frente a sus acreedores.

Colaboración con los acreedores

Antes de recurrir a medidas legales, el deudor ha intentado negociar con los acreedores, proponiendo soluciones como la reestructuración de las deudas o el establecimiento de planes de pago. Estas acciones evidencian su interés en resolver el problema de manera amistosa.

Cumplimiento de requisitos legales

Para ser considerado de buena fe, el deudor debe cumplir con ciertos criterios legales. Por ejemplo, no puede haber sido condenado en los últimos años por delitos relacionados con actividades económicas, financieras, de falsedad documental o por infracciones a la Seguridad Social y Hacienda. Estos antecedentes comprometen su credibilidad como deudor honesto.

Importancia del deudor de buena fe en la Ley de Segunda Oportunidad

La figura del deudor de buena fe es central en la Ley de Segunda Oportunidad (LSO), que permite la exoneración de deudas bajo ciertas condiciones. Para ser considerado deudor de buena fe, se deben cumplir los siguientes criterios:

  • No haber rechazado una oferta de empleo adecuada en los últimos años.

  • Haber intentado alcanzar un acuerdo extrajudicial de pagos con los acreedores.

  • No haber actuado con negligencia grave en la generación de sus deudas.

Beneficios para el deudor de buena fe

1. Acceso a la exoneración del pasivo insatisfecho: puede obtener la cancelación total o parcial de sus deudas tras liquidar su patrimonio o cumplir un plan de pagos.



❗​ La exoneración del crédito público insatisfecho es un mecanismo legal para que las personas naturales puedan reducir sus deudas, incluidos ciertos créditos gestionados por la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, bajo condiciones específicas.


La Ley 16/2022 introduce modificaciones, como una exoneración parcial de hasta 10.000 euros, donde los primeros 5.000 se exoneran completamente. No se aplican a todas las deudas y hay excepciones, como deudas por alimentos, responsabilidad civil, o sanciones graves. También se contemplan planes de pago o liquidación de activos. Más detalles en Agencia Tributaria.

2. Reinicio financiero: tiene la posibilidad de comenzar de nuevo sin la carga de las deudas pasadas, siempre que cumpla con las obligaciones establecidas por la ley.

La norma destaca que "muchas situaciones de insolvencia son debidas a factores que escapan del control del deudor de buena fe, planteándose entonces el fundamento ético de que el ordenamiento jurídico no ofrezca salidas razonables a este tipo de deudores que, por una alteración totalmente sobrevenida e imprevista de sus circunstancias, no pueden cumplir los compromisos contraídos."

Ejemplos de actuación de buena fe

Como sabemos, la Ley de Segunda Oportunidad, están diseñados para ayudar a personas y empresas que, a pesar de haber actuado con responsabilidad, no pueden enfrentar sus deudas debido a factores ajenos a su control.

A continuación proporcionaremos algunos ejemplos de deudores de buena fe para que sea más claro:

1️⃣​ Una familia adquirió una vivienda mediante una hipoteca, confiando en su estabilidad laboral. Sin embargo, uno de los miembros perdió el empleo y la otra persona tuvo que aceptar un trabajo de menor salario, lo que les impide seguir pagando las cuotas de la hipoteca.

¿Cómo actúa?

  • Ha intentado vender la vivienda para cubrir parte de la deuda.

  • Buscó acuerdos con la entidad financiera para reestructurar las cuotas.

  • No han cometido acciones fraudulentas, como transferir propiedades a terceros para evitar el embargo.

2️⃣ Un autónomo que, debido a la pandemia, tuvo que cerrar su negocio y no puede pagar los préstamos que pidió para financiarlo.

¿Cómo actúa?

Ha intentado negociar con sus acreedores y ha presentado toda la documentación de sus ingresos y deudas. En este caso, podría ser considerado deudor de buena fe.

​3️⃣​ Una persona sufrió una enfermedad grave y, a pesar de tener seguro, tuvo que asumir gastos elevados no cubiertos por la póliza. Al intentar cubrirlos, acumuló deudas en tarjetas de crédito y préstamos personales.

¿Cómo actúa?

  • Ha realizado pagos parciales dentro de sus posibilidades.

  • Ha buscado asesoría financiera para reestructurar su deuda.

  • No ha incurrido en deudas adicionales innecesarias o gastos extravagantes.

Conclusiones

El deudor de buena fe es una figura clave en el ámbito financiero, diseñada para proteger a quienes enfrentan dificultades económicas genuinas. Actuar con honestidad, transparencia y responsabilidad frente a las obligaciones financieras no solo demuestra un compromiso ético, sino que también permite acceder a mecanismos como la Ley de Segunda Oportunidad.

Este marco legal ofrece una solución para aquellos cuya insolvencia deriva de factores imprevistos y ajenos a su control, garantizándoles la posibilidad de superar sus deudas sin sufrir penalizaciones adicionales, siempre que cumplan con las condiciones establecidas.

Adoptar este estatus implica beneficios significativos, como la posibilidad de exonerar deudas, recuperar estabilidad financiera y reintegrarse a la economía sin cargas insostenibles. Además, ser un deudor de buena fe protege al individuo ante los acreedores y refuerza el principio ético de ofrecer una segunda oportunidad a quienes enfrentan situaciones adversas.

En definitiva, este enfoque no solo preserva la dignidad del deudor, sino que también facilita el camino hacia una nueva etapa económica y personal, libre de la presión de deudas insalvables.

Índice