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¿Cómo atenuar los accidentes?

Antes de adentrarnos sobre cómo atenuar los accidentes, debemos de saber que los accidentes personales constituyen uno de los principales motivos de fallecimiento entre la población de menos de 35 años, con un porcentaje en torno al 45% de los casos en España. Muchas personas lo que hacen es poder contratar un seguro de imprevistos.

En España, concienciar a la población sobre la importancia de la prevención de accidentes forma parte de las competencias de diferentes organismos públicos, que prestan especial atención a los niños, las personas mayores y los trabajadores por constituir segmentos especialmente proclives a sufrir daños por accidentes.

Los seguros de accidentes surgen como mecanismos para atenuar las consecuencias económicas de estos imprevistos entre los adultos y sus familias.

Al estudiar un seguro de accidentes conviene conocer aquello que queda cubierto por la póliza y aquellos casos que se encuentran excluidos, como las enfermedades o los accidentes que se puedan producir en la práctica profesional de deportes.

Soluciones en los accidentes

Existen soluciones que permiten elegir diferentes rangos de capitales como gastos de manutención de los hijos o estudios, así como subsidio por hospitalización o gastos sanitarios: un agente de seguros puede orientarnos sobre las alternativas que mejor se adecuan a nuestra situación personal.

Valorar también la posibilidad de incluir garantías más novedosas, como el diagnóstico de cáncer, o la existencia de servicios de atención o segunda opinión médica para enfermedades graves completa la protección que podemos esperar de nuestra póliza y la contratación de un seguro de accidentes.

Los accidentes constituyen sucesos imprevistos que nos traen consecuencias más o menos graves. Cualquiera de nosotros estamos expuestos en mayor o menor medida al riesgo de sufrir una caída, una colisión con otro vehículo o un encuentro desafortunado con un conductor que circule de manera temeraria.

Los niños son auténticos expertos en identificar situaciones de riesgo allá por donde van: una escalera con el pasamanos suelto o una alfombra deslizante se convierten para ellos en un parque de atracciones y para sus padres en una preocupación.

Atenuar los accidentes

Es por esta razón que diferentes entes públicos, como la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, elabora cada cierto tiempo guías para la prevención de accidentes infantiles que ayudan a los padres a controlar mejor el entorno y los riesgos a los que se exponen sus hijos más pequeños para evitar lesiones y consecuencias más graves.

En España, según las últimas cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística correspondientes al 2013, el motivo de fallecimiento principal entre las personas de 20 a 35 años, concentrando en torno al 44% sobre el total de defunciones en el año, son los accidentes de diversa naturaleza.

Por edades se aprecia que el porcentaje de fallecidos por un accidente supera el 50% entre la población de 20 a 25 años, un porcentaje que afortunadamente se va reduciendo entre la población de más edad.

No obstante, los accidentes son una causa muy importante de producir lesiones permanentes entre la población mayor, pues con la edad se pierde agilidad y un resbalón puede terminar en una aparatosa caída que nos deje ingresados una temporada en el hospital.

Los seguros de accidentes surgen como un mecanismo para paliar las consecuencias de estas situaciones imprevistas en nuestras vidas. Y el respaldo que ofrecen contempla un amplio rango de situaciones como los accidentes domésticos, al volante o cuando estamos trabajando.

Qué tipo de situaciones cubre un seguro de accidentes individuales

Las situaciones que cubre un seguro de accidentes individuales y siendo de muy diversa naturaleza, comparten una condición: en todos los casos lo que queda cubierto es un daño que se produzca por un accidente.

Esta condición, por lo general, excluye de las pólizas de accidentes el fallecimiento o la invalidez permanente que se puedan producir por enfermedades, que sí quedarían cubiertas por un seguro de vida, salvo cuando la enfermedad se produce como consecuencia de un accidente cubierto.

Entre las garantías habituales de los seguros de accidentes personales se encuentran, por una parte, el fallecimiento y la invalidez permanente, total o parcial. Es decir, en caso de que una persona asegurada fallezca como consecuencia de un accidente, sus beneficiarios (las personas designadas en la póliza, generalmente su familia) recibirán el capital que se haya asegurado.

Si en lugar del fallecimiento se produce una invalidez permanente y total, será el propio asegurado el que reciba la indemnización, que podrá destinar a lo que considere oportuno.

Si la invalidez permanente es parcial, al importe que recibe se aplica un factor de cálculo para cubrir también esta situación e indemnizar en la misma proporción en la que se ha producido el daño.

Si bien el tipo de accidentes que quedan cubiertos son de un rango muy amplio, al igual que sucede en los seguros de vida, este tipo de soluciones también contempla una serie de exclusiones sobre accidentes poco frecuentes y, por lo general, se cubren en otras pólizas específicas, como los accidentes que puedan sufrir los jugadores de rugby durante la práctica profesional de este deporte.

Además del fallecimiento o la invalidez permanente, existen algunos seguros de accidentes que ofrecen un rango más amplio de coberturas.

Cuando el seguro de accidentes personales llega más lejos

Los seguros de accidentes incluyen otras garantías que los convierten en auténticas soluciones para paliar los efectos de diferentes imprevistos.

Por ejemplo, al capital que se establece de base para la indemnización en caso de fallecimiento o invalidez permanente se le puede añadir un capital adicional que, en caso de fallecimiento del asegurado, sirva para garantizar la manutención de los hijos menores.

O bien, incluir otro capital destinado a sufragar sus gastos de estudios.

Incluso permitir que otra cantidad se destine a la manutención de los progenitores del asegurado en caso de fallecimiento de éste, de manera que sus padres perciban íntegramente esta cantidad, con independencia de que tanto ellos como sus hijos puedan figurar además como beneficiarios del capital básico por fallecimiento, ya que las garantías son complementarias entre sí.

En el caso de Fidelidade Accidentes, estas garantías están disponibles para que, a elección del cliente, se puedan añadir a la póliza. Además, el cliente elige entre varias opciones el capital que quiere asegurar por fallecimiento y si quiere incluir la invalidez o ampliar el importe asegurado a dobles capitales en función del tipo de accidente que sufra.

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