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Bienes muebles e inmuebles: ¿cuáles rentan más?

Conocer la diferencia entre bienes muebles e inmuebles es útil y necesario en muchas situaciones, como – por ejemplo – antes de una operación inmobiliaria, para entender cuál conviene más por su rentabilidad futura.

¿Qué son los bienes muebles e inmuebles?

Para comprender la diferencia entre bienes muebles e inmuebles, primero debes comprender qué es un bien. En la disposición preliminar, el propio Código Civil nos proporciona su definición:

Todas las cosas que son o pueden ser objeto de apropiación consideran como bienes muebles o inmuebles.

Artículo 333, Libro Segundo, Título Primero. De la clasificación de los bienes
¿Cómo entender cuál es la categoría de capital más rentable según su tipología: bienes muebles e inmuebles?

Desde el artículo 334 hasta el 337, se enumerano los elementos que pertenecen a las dos categorías: tierras, edificios, construcciones, máquinas, viveros de animales, etc., son bienes inmuebles, mientras que se definen bienes muebles todos aquellos que «se puedan transportar de un punto a otro sin menoscabo de la cosa inmueble a que estuvieren unidos«.

Por norma general, los elementos en cuestión deben respetar tres características para ser definidos bienes:

  • Utilidad: deben satisfacer una o más necesidades y tener una utilidad para las personas;

  • Escasez: deben estar presentes en cantidades limitadas, en comparación con la necesidad que satisfacen;

  • Disponibilidad: debe ser posible tomar posesión de un bien, tanto legal como físicamente (el aire, por ejemplo, no puede ser un bien porque no se puede jurídicamente tomar posesión de ella).

Bienes inmuebles

Entender la diferencia entre bienes muebles e inmuebles es fundamental para sacar el máximo provecho de las inversiones inmobiliarias, según el tipo.

Los bienes inmuebles no se pueden mover o si se movieran, esto los dañaría. El ejemplo más clásico en este caso son las casas, edificios o fábricas, pero en esta categoría también se incluyen los árboles o cursos de agua o cualquier objeto firmemente anclado al suelo, y todo lo que forme parte del suelo de forma natural o artificial.

Esta categoría se conoce también como bienes raíces porque se caracterizan por su arraigo en la tierra, por ende, vinculados a lugares geográficos. Es común pensar que los bienes raíces formen parte de la inversión de ciudadanos y de empresas.

Bienes muebles

En cambio, los bienes muebles son elementos que se pueden mover fácilmente y no están permanentemente atados a la tierra. Esta categoría incluye automóviles, joyas, electrodomésticos, muebles, obras de arte, instrumentos musicales y otros artículos similares.

Los bienes muebles se pueden dividir a su vez en bienes muebles registrados, como vehículos inscritos y bienes muebles no registrados, como muebles y artículos personales. Por poner algunos ejemplos concretos, por definición los coches, los ordenadores o las joyas son bienes muebles. Pero esta categoría también incluye bienes que no pueden clasificarse ni como muebles ni como inmuebles, como la electricidad.

El dinero se considera bien mueble por su naturaleza fungible y fácilmente transferible. Se representa por medios de pago como billetes, monedas y depósitos bancarios, que pueden intercambiarse, transferirse y utilizarse fácilmente como medio de cambio.

Los bienes muebles están sujetos a las tasas de amortización y, por lo general, no se consideran buenas inversiones porque suelen despreciarse en el tiempo. Para dar un ejemplo concreto, según el artículo 39 de la LIR (Ley sobre Impuesto a la Renta), el porcentaje anual de depreciación para los vehículos de transporte terrestre llega hasta el 20 %

¿Cuáles son las características de los bienes muebles e inmuebles?
Entender la diferencia entre bienes muebles e inmuebles es fundamental para sacar el máximo provecho de las inversiones inmobiliarias, según el tipo.

Es cierto que la mayoría de los bienes se quedan parados durante años o se desgastan, dependiendo de la categoría a la que pertenezcan, con lo cual, probablemente no se trabaje en ellos y no se considere el potencial económico de las inversiones sobre nuestro patrimonio.

Sin embargo, entender la diferencia entre bienes muebles e inmuebles puede ser fundamental para que saquemos el máximo provecho de nuestras pertenencias, según el tipo.

Por ejemplo, mientras que, por un lado, existen muchísimas operaciones inmobiliarias para aumentar tu rentabilidad, como comprar, reformar y alquilar; por otra parte, un vez hayas entendido los rasgos clave de los bienes muebles, te enterarás de que no hace falta vender un terreno o un piso para ganar dinero.

Dicho lo anterior, una primera diferencia de naturaleza entre bienes muebles e inmuebles parece evidente ya en su definición, pero eso no es todo.

Aparte de las diferencias evidentes, hay puntos clave prácticos que distinguen entre bienes muebles e inmuebles. Estos se encuentran en el régimen de circulación, los mecanismos publicitarios y la garantía que representan ambos tipos de bienes.

Modo diferente de transferirse (heredados, donados o vendidos)

Existen diferencias en la forma de transferir dos categorías de bienes. Los bienes muebles se transmiten fácilmente mediante la entrega, lo que implica la transferencia de propiedad. Sin embargo, en el caso de los bienes inmuebles, la transferencia requiere un proceso más complejo que incluye la formalidad escrita.

Concretamente, los métodos de transmisión de propiedad entre bienes muebles e inmuebles serán diferentes, como en el caso de la compraventa, o en el que se utilizan como garantía. Además, los bienes muebles se pueden diferenciar en otras dos subcategorías: bienes muebles y bienes muebles registrados.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que, en situaciones como transferencias de bienes de gran valor (por ejemplo un cuadro antiguo famoso), puede ser necesario el uso de un notario y un formulario escrito.

Para los bienes inmuebles, siempre se requiere una forma escrita para certificar la transferencia de propiedad.

Mecanismos de publicidad de productos

Los bienes inmuebles requieren registro de eventos jurídicos en registros específicos para garantizar la publicidad de sus asuntos, permitiendo a terceros informarse sobre ellos. Esto establece un régimen de publicidad inmobiliaria.

Por otro lado, la posesión de bienes muebles facilita la transferencia material y la información a terceros. Sin embargo, ciertos bienes muebles, como los automóviles, están equiparados a bienes inmuebles y requieren transcripción en registros específicos, siendo denominados «bienes muebles registrables».

La publicidad jurídica asegura el conocimiento de situaciones importantes. En bienes inmobiliarios, se logra con la transcripción; en bienes muebles no registrados, con la posesión. Para derechos de crédito, es mediante la notificación de cesión. Ayuda a resolver conflictos entre compradores y titulares de derechos. Prevalece quien primero inscribió/compró/poseyó/notificó, dependiendo del caso.

Garantías reales de que puedo gravar la mercancía

Los bienes pueden estar gravados con garantías reales: los bienes inmuebles pueden ser objeto de una hipoteca, mientras que los muebles pueden estar sujetos a una prenda. Por tanto, la regulación jurídica de estas dos categorías de productos es diferente en cuanto a la forma de los documentos, la publicidad y la garantía.

Los bienes inmuebles (así como los bienes muebles registrados) pueden ser utilizados como garantía para los acreedores. Esta operación se llama hipoteca y representa una cobertura para una inversión. Si el propietario del bien resulta posteriormente incumplido, el acreedor tendrá derecho a expropiar el inmueble hipotecado, pero solo a través de un procedimiento de ejecución forzada.

También los bienes muebles pueden servir como garantías, pero en este caso se habla de prenda. El acreedor adquiere inmediatamente el bien en posesión, para luego devolverlo al propietario una vez que la deuda haya sido saldada. Si el deudor no paga la suma adeudada, el acreedor podrá apropiarse del objeto. Pero, nuevamente, solo a través de una ejecución forzada.

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